Nueva cita de mediodía; lejos las islas navegan rumbo del sol,
blancos corales, espuma y olas les acompañan: majestuosa Andros, serena Tenos,
mágica Délos, espiritual Naxos, blanca y perfecta Paros, enigmática Melos;
hechicera Xiros. Un collar de blancas arenas y húmedas tierras juegan formando
infantiles círculos; Cicladas que no olvido rumbo de tu ombligo imaginario, de
tus pezones altivos y tus muslos serenos frente a esa ventana del tiempo…
Es verdad, la seducción permite juegos.
He hecho mil viajes en la fantasía de mis sueños; la noche boca arriba, una autopista que
nos atrapa y seduce; Thasos, Samotracia, Lesbos; mares que son deseos
recorriéndonos a contra voluntad; Mármara turquesa, Egeo señorial invitando a
la aventura más allá del coloso. ¡Ah, maravillosas islas descubrir rumbo de tu
sexo!: Creta orgullosa, Citerea madura y placer, Kasos y sus fuentes de dulces
aguas, ríos y cascadas; Karpatos guerrera, titánica y voluptuosa; Rodas, ¡oh!,
tú cuna de dioses, madre de las madres y sus hijos… copa de antigüedades, bazar
de la fortuna…
Me sorprenden los recuerdos con este juego de pequeñas
sombras llegando hasta mi silencio. Emprendo entonces ancestrales vuelos desde
mi ventana, necesaria fuga y búsqueda, el aire refresca mi cuerpo, agitado cuerpo
luego de tan intensos viajes; húmedo me quedo buscando tus ojos, adivinando
aquello que imagino; los sueños juegan un gran papel:
“Estos son los sueños del gran Zeus;
El tiempo en que invoco sombras que soñé y poseí;
Apolo me dicta poemas y me sugiere melodías,
Placeres ocultos, fantasías prohibidas.
Ninfas y Sátiros danzando en mi jardín imaginario;
Por ahí corre Pan, un beso de Artemisa y Teseo;
Jasón y Perseo quedan hechizados…
Pedacito de mi espacio en donde te guardo y te
desnudo…”
El amigo Cortázar, una cita en una isla; Xiros dice
que se llama y se vuelve cuento, emoción, lágrima, fascinación; sosiego, verso,
palabra, luna, caricia… gimo entre sus playas blancas y allí me quedo, refugio
y nostalgia: Todos los fuegos el fuego;
Autopista del sur; Reunión; Señorita Cora y otros cuentos que esperan por mi voz y tus
susurros…
Nuevamente el majestuoso mar y esta travesía sin fin,
pasan las islas haciéndome guiños, llamando mi atención de niño y amante:
“Quizá sea hoy un recuerdo, una fugaz fantasía
En una mañana de invierno,
A ratos silencio, promesa de otro tiempo:
Quizá una tarde, frente a la ventana y su brisa
Que refresca ese viaje por los siete mares:
Vientre, muslos, pezones, sexos…
Tal vez el recuerdo nos vuelva amantes una tarde en
Mecenas,
Tirino, Knossos o Troya…”
Momento de elegir; elijo la fantasía y el poder de los
sueños, la seducción de la magia, un aguacero en Mykonos; la obsesión de la
pasión, el placer del sexo, la lujuria de faunos y sátiros, el aroma de los
frutos y la humedad de Safo. Elijo el silencio de la entrega y los juegos que
son miradas; elijo la ventana y el cuerpo que se agita en su misterio:
“…sueño esa sombra que me reclama hombre, deseo y
cuerpo al final del invierno…”
Víctor E. González (Chile).
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