VÍCTOR E. GONZÁLEZ

ARCIS, ENTRE SUS LABERINTOS Y COBARDÍA...

"Ya no somos los mismos, se ha desatado la jauría de actos infames, se ha emprendido la "evangelización con espada y fuego" contra el "pueblo Arcis", esa pequeña aldea de estudiantes que sueña, juega a ser aquello que no es, esa aldea de inmigrantes que llegan desde los barrios populares creyendo que "la educación es popular" y reclaman el fin del mercado mientras ellos, nosotros, todos certifican sus rentas, sus ingresos, piden créditos y se avalan de cheques y letras de cambio... para que nada cambie.

Ya no somos los mismos, esta historia comenzó hace poco más de 20 años con el propósito de conjurar los males del sistema, para variarlo en sus formas, con la idea (vana al fin) de construir un otro discurso que nombre y diga ¡libertad!; amparado (el propósito) en la "ciencia social" se lanzó en esa quimera con voces y actos vindicadores, llenó salas y aulas de atentos luchadores, entusiastas poetas, afanados revolucionarios y cuanto rebelde sin causa había gestando así un bastión de resistencia que creía ir a la conquista del pensar libre y libertario, audaz y decidido, consecuente y temerario, leal y legitimo apoyado en sus propias convicciones, en sus historias igualmente históricas, nobles, abnegadas en muchos casos; todo aquello caminó un tiempo, se hizo casi gigante, se alzó como en una atalaya de verdades que se hicieron escuchar y entonces decir Arcis era decir belleza del pensar, valor del soñar, alternativa del crear, inconformidad con el todo totalitario que se armaba entorno y abría puertas y ventanas, prometía travesías, destruir los claustros omnipresentes y avasalladores. De aquello ya no queda nada.

La verdad ha sido otra, se infectó la idea de ambigüedad, de ambición, de avaricia, de temores y ajustes a "la medida de lo posible" que se traduce en: ingresemos al mercado con lo poco que tenemos para ganar más de lo que imaginamos. Entonces comenzaron los cálculos, las rentas, los débitos y réditos, las miserias humanas llevadas a la escala del "saber" para manipular estados y existencias. "Ven a crear mundos que aún no existen" dice el slogan falaz de una idea que ya no es idea sino máquina de sometimiento y despojo; el mundo de lo obsceno y la inmundicia, el mundo del simulacro, la fabrica de "gólem", pues el pueblo Arcis es un gólem de la administración Arcis y éstos han de ser los gólem del sistema de mercado educacional y éstos del sistema brutal del mercado global y éste es el gólem de la infamia imperialista y éste el gólem de la pobreza del ser... Un continuo simulacro, un acto fallido, un hecho sujeto a humillación alejada de la humildad de los que piensan y sueñan. No puede haber proyecto popular de educación desde el interior de estos laberintos, no puede haber proyecto de libertad desde estas cárceles en donde se aprisiona el saber y se le convierte en rehén de algunos para cobrar recompensas a otros....

Todo esto, queridos amigos, se ha desatado en estos días en los patios de Arcis; despidos masivos de trabajadores, una propuesta que no se sostiene así misma en sus puntos y comas que reclama "dignificar la educación social" degradándola hasta el punto absurdo de convertirla en un pasadizo de notas y clichés que ostentan el título de "grado académico"; se oferta un nuevo "mundo de posibilidades" para los cientistas políticos, trabajadores sociales, sociólogos, psicólogos, filósofos, artistas y danzantes: todos convertidos en telefonistas de multicarrier o sostenedores operativos de la política oficial en los programas de asistencialidad social.

Vaya, trabaje, encueste, ofrezca la maravilla del sistema que ayuda a los pobres y los dignifica con sus dádivas mercantiles; no sueñe, nosotros lo hacemos por usted...

En medio de todo, un taller de poesía que juega a descubrir mundos, que sugiere e invita a soñar; un pequeño espacio impregnado de esperanzas, de ansías de amar y ser amado, de viajar sin destino porque el destino no viene al caso; allí, entre infinitos vocablos nosotros nos aferramos a una imagen desbordada de magia "ciervo viento oscuro"; un ideograma básico, mágico, trascendente: allí está la noche, el día, la lluvia, los bosques, las huellas, los caminos, las nubes, los amantes, los espejos, el deseo, las tormentas, los mares, el relámpago y el rayo en un instante único e irrepetible; ahí está la ventana breve que da a los mundos paralelos o simultáneos, por ahí se cuela una lágrima, un abrazo de despedida y adiós, un encuentro milenario, dos cuerpos, un gemido, un beso, una caricia que resbala y en su paso cautiva, contiene, reclama; en ese ciervo viento oscuro el universo, sus pasajes secretos, la gran escalera que nos lleva hasta su infinito; todo lo que no es cuantificable está allí en proporción de gotas de agua en un aguacero... En ese lugar ocurren otras cosas, acontecen otros misterios, se conjuran otras esperanzas. Hablamos de poesía, respiramos poesía, sentimos, contemplamos, anhelamos, extrañamos, felicitamos y gritamos ¡mil poesías! como ¡mil puñales!..."

Víctor E. González (Chile).