martes, 26 de febrero de 2013

MARCELA RODRÍGUEZ VALDIVIESO


TUS OJOS

A mi esposo Julio

Tus bellos ojos,
los que amo infinitamente,
estaban allí
mirándome llorosos y angustiados
mientras la vida se me escapaba
y me aferré a tus manos
y me aferré a la vida
sólo mirando tus bellos ojos
de niño perdido,
sin darme cuenta que me perdía yo
si dejaba de mirarte tan sólo por un instante.

Marcela Rodríguez Valdivieso (Chile).

VÍCTOR E. GONZÁLEZ


Nueva cita de mediodía; lejos las islas navegan rumbo del sol, blancos corales, espuma y olas les acompañan: majestuosa Andros, serena Tenos, mágica Délos, espiritual Naxos, blanca y perfecta Paros, enigmática Melos; hechicera Xiros. Un collar de blancas arenas y húmedas tierras juegan formando infantiles círculos; Cicladas que no olvido rumbo de tu ombligo imaginario, de tus pezones altivos y tus muslos serenos frente a esa ventana del tiempo…

Es verdad, la seducción permite juegos.

He hecho mil viajes en la fantasía de mis sueños; la noche boca arriba, una autopista que nos atrapa y seduce; Thasos, Samotracia, Lesbos; mares que son deseos recorriéndonos a contra voluntad; Mármara turquesa, Egeo señorial invitando a la aventura más allá del coloso. ¡Ah, maravillosas islas descubrir rumbo de tu sexo!: Creta orgullosa, Citerea madura y placer, Kasos y sus fuentes de dulces aguas, ríos y cascadas; Karpatos guerrera, titánica y voluptuosa; Rodas, ¡oh!, tú cuna de dioses, madre de las madres y sus hijos… copa de antigüedades, bazar de la fortuna…

Me sorprenden los recuerdos con este juego de pequeñas sombras llegando hasta mi silencio. Emprendo entonces ancestrales vuelos desde mi ventana, necesaria fuga y búsqueda, el aire refresca mi cuerpo, agitado cuerpo luego de tan intensos viajes; húmedo me quedo buscando tus ojos, adivinando aquello que imagino; los sueños juegan un gran papel:

“Estos son los sueños del gran Zeus;
El tiempo en que invoco sombras que soñé y poseí;
Apolo me dicta poemas y me sugiere melodías,
Placeres ocultos, fantasías prohibidas.
Ninfas y Sátiros danzando en mi jardín imaginario;
Por ahí corre Pan, un beso de Artemisa y Teseo;
Jasón y Perseo quedan hechizados…
Pedacito de mi espacio en donde te guardo y te desnudo…”

El amigo Cortázar, una cita en una isla; Xiros dice que se llama y se vuelve cuento, emoción, lágrima, fascinación; sosiego, verso, palabra, luna, caricia… gimo entre sus playas blancas y allí me quedo, refugio y nostalgia: Todos los fuegos el fuego; Autopista del sur; Reunión; Señorita Cora y otros cuentos que esperan por mi voz y tus susurros…

Nuevamente el majestuoso mar y esta travesía sin fin, pasan las islas haciéndome guiños, llamando mi atención de niño y amante:

“Quizá sea hoy un recuerdo, una fugaz fantasía
En una mañana de invierno,
A ratos silencio, promesa de otro tiempo:
Quizá una tarde, frente a la ventana y su brisa
Que refresca ese viaje por los siete mares:
Vientre, muslos, pezones, sexos…
Tal vez el recuerdo nos vuelva amantes una tarde en Mecenas,
Tirino, Knossos o Troya…”

Momento de elegir; elijo la fantasía y el poder de los sueños, la seducción de la magia, un aguacero en Mykonos; la obsesión de la pasión, el placer del sexo, la lujuria de faunos y sátiros, el aroma de los frutos y la humedad de Safo. Elijo el silencio de la entrega y los juegos que son miradas; elijo la ventana y el cuerpo que se agita en su misterio:

“…sueño esa sombra que me reclama hombre, deseo y cuerpo al final del invierno…”

Víctor E. González (Chile).


JUSTINA CABRAL


INVIERNO Y PRIMAVERA

Perfuma con amor la primavera
violetas, crisantemos, y amapolas
y los gorriones con sus bellas colas
esperan una dama que los quiera.

La brisa se despeina pasajera
jugando con los bucles de las olas
y cantan bajo el mar las caracolas...
¡Saludan a la flor... reina primera!

Un árbol se ha vestido de dorado,
y teje junto al viento mi azul cielo
manopla con ovillo colorado.

Y un niño sobre un banco está sentado
armando grandes pompas con el hielo
con saco y con botines abrigado.

Justina Cabral (Argentina).


GILDARDO GUTIERREZ ISAZA


VESTIDA DE LLUVIA

Savia de nuestras estaciones
tierra magra, abierta y lacerada.
Deforestación, anegamiento de tus candiles tristes,
derrumbe y hecatombe de tu epicentro.
Como una lápida marcamos la memoria, pastoreando la voluntad del olvido.

Te hemos talado, rompiendo la virginidad de tus bosques.
Como fiera herida ruges, extiendes tu grito de angustia
dejando tras de ti un vestigio de árboles caídos,
ramas y animales muertos.
Tierra, bella, salvaje en el fuero de tus selvas.

Dispersados dentro del sueño futuro hilando la amargura,
indómita y voraz, te hemos afrentado
con las huellas de la sierra; como depredadores,
como bárbaros salvajes violentamos el territorio del silencio
y desviamos tus cauces de años ancestrales forjados
en tu sabia decisión para la conservación y vida de todas tus especies.

Señales en el cielo, en la noche del mismo sueño;
Sagaces, creyéndonos más sabios irrumpimos
transgrediendo territorios indígenas,
cuna de la sabiduría eterna.
Vestida de lluvia todo tu cuerpo refleja la crudeza del invierno
burladores del pasado y del presente marcamos el futuro del cataclismo
en los rostros de nuestros hijos.

Lianas y hojas, profunda, estallidos y garras exaltada en el horizonte versátil
que destruye tu belleza cuando el hombre irrumpe.
Somos la perpetuidad del ocaso, la bifurcación del desprecio,
la constelación de la muerte que gravita en cada rincón del universo.
Basura, destrucción...

Usurpación del liquen y de la oruga, del delfín rosado, de la débil mariposa.
Erigidos como dioses catapultamos la primavera,
encadenamos el verano.
Matorral ardiente, todo en ti misma es equilibrio,
es un renacer glorioso en la estrella que asalta la mañana
y se teje de luna en el tesoro de tus entrañas.
Eres la vigía eterna de un renacer que se derrumba
como una flama de muerte sobre tu piel explotada
sobre la vertiente de la huella que el hombre ha delimitado
con su crueldad y desprecio.

Gildardo Gutierrez Isaza (Colombia).


CARLOS TURRÍN VILLANUEVA


IMPORTAS TÚ

Mira los lirios del campo
mira las aves del cielo
verás que el amor
es más grande
que las flores
y los pájaros en su canto.

No importa
dónde estés ni como estés
¡Importas tú!

En libertad o en el destierro
debes servir a la humanidad
¡ánimo!
nada te debe doblegar.

Levántate
si estás por los suelos.
la vida es dura y bella
por la vida hay que luchar.

Carlos Turrín Villanueva (Perú).