CORREO AÉREO
(Traducción de Ruth Pérez
Aguirre)
El
correo del viento.
Un
timbre apenas impreso
no
quería saber nada de estar pegado
en
las cartas o postales
y
llegar a su destino
después
de una larga travesía,
inseguro
en un batir de alas
en
el interior de sacos de correos.
Aquel timbre recién nacido,
no
quería ser usado
ni
menos puesto como sello en la cara
de
la misiva
que
después se convertiría en un papelucho.
Mientras
atento estaba haciéndose
esta
reflexión
una
ráfaga de viento fuerte
lo
hace escabullirse
de
improviso,
del
escritorio,
para
terminar encima de una hoja
mojada
de escarcha.
Pegada
tan bien a la hoja estaba
Que
cuando esta la rama dejó
él
con ella se fugó.
La hojita se convierte en una misiva
y
era el viento que la mandaba,
el
timbre encima de ella pegado
estaba
contento,
feliz
y dichoso.
La
hojita,
como
ligera cartita,
llevó
su mensaje
en el aire, en el viento:
Toda
la vida, hasta aquel momento,
era
para ella un bellísimo tiempo.
Maria Rosaria Longobardi (Italia).
“Correo Aéreo” Todo un entorno de extrañeza divulgado en el poema con sus letras como estampa. Cariños.
ResponderEliminarSusana Roberts (Argentina).