martes, 30 de abril de 2013

GILDARDO GUTIÉRREZ ISAZA



HUELLA DE DOLOR (*)
 
La guerra me asedia marcando en mí huellas de dolor y sufrimiento
devastando mi ser, ausencia de mi mismo,
ausencia de tiempo y espacio.
La guerra me atormenta, lacera mi alma
como un agujero negro absorbiendo la tragedia.
Como un monstruo marino que despierta
extendiendo sus tentáculos, la guerra lo invade todo,
lo llena de soledad, dolor y desesperanza.

La distancia entre la vida y la muerte se ahonda
como un oscuro e infernal precipicio
marcando la senda luctuosa del averno.
Levántate, escucha la tormenta del rayo,
el llanto de la noche, la angustia de la cigarra y grita basta.
Levanta la armadura de la palabra,
el volcán del fuego del verbo.
Resistencia, resistencia activa
con luceros de viento y cielo.

Levántate y rompe el dique de la ignominia
que tu indiferencia no alimente la muerte,
que tu silencio no engendre más dolor.
Resistencia con armas emplumadas en el horizonte del lucero,
con cometas de fuego de hermandad,
sangre a la sangre, viento al viento,
tierra a la tierra
y un basta de resistencia.

Pon de armadura tu voz,
levanta un muro de ojos abiertos,
pecho desnudo ante la barbarie;
manos de letras empuñando el verso,
la palabra hecha poema.
Tu voz caudal de sentimientos,
tu voz como el cataclismo de árboles,
como la tea de la higuera,
como la honda que rompa el viento
y de pueblo en pueblo un solo clamor
Basta ya no más a la guerra.
 
Silencio al silencio pero la voz que sea tu verbo,
el que agite el altar de la plegaria,
el que destruya el mortero, la bomba que desciende.
Que se oiga tu voz como terciopelo de fuego
y a la muerte de niños, de ancianos
al inocente que clama, tu voz como alimento
Palabra de pueblos hermanos
Palabra de viento y cielo.

(*) El poema en mención me hizo merecedor de ser elegido como el escritor del mes por la Fundación Literaria Argentina Internacional, hoy se los comparto con gozo.

Gildardo Gutiérrez Isaza (Colombia).


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