martes, 30 de abril de 2013

VICTOR ESCOBAR



1492

De Palos, del puerto,
Puerto de Palos,
tres minúsculas naves
llenas de ambiciones.

Largo el camino
en mares vírgenes
desconocido itinerario,
y casi no realizado.

De las prisiones
a fuerzas los sacaron,
los hombres brutos
para el continente nuevo.

Los reyes de España
en ese entonces se las jugaban,
reprimían al judío y al moro,
por otro lado, tierras y oro esperaban.

Hambrientos y desesperados
fueron salvados por el hoy San Salvador
donde en recompensa una cruz clavaron
crucificando todos los dioses.

La civilización ellos la traían
como todo lo malo que ya sabían,
las ambiciones de todos eran conocidas
y entre ellas venían los Ave María.

Por cada iglesia levantada en tierras coronadas
la sangre de los míos era derramada,
por cada nuevo convento a la gloria de su supremo
nuestros niños bajaban a las minas, al infierno.

Nos robaron todo, lo material,
el vientre abrieron de nuestra tierra.
No nos quitaron nuestra esencia,
el respeto y amor a la madre tierra.

De Palos, del puerto,
Puerto de Palos,
España 1492,
el Almirante de los océanos despegaba.

Dos tristes carabelas y una nao,
como piel de nueces
en esta mar inmensa,
sólo dos de ellas sobrevivieron.

Nos persiguieron y asesinaron
por no ser como ellos:
no querer ser esclavos
ni amar a su crucificado.

Hoy, quinientos años más tarde,
estamos atrincherados de nuevo
entre libertad y sueños nuestros;
ellos, por escritos, siguen todo poseyendo.

España - 2012

Victor Escobar (Chile).


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