SYLVIA FERNANDEZ

A MI MONJITA ESPIRITUAL

Madre adorada, irizas,

dejas un trazo de luz tras

tu silueta, irradiante

puntual, madre mía,

eres una gran mujer,

pequeña fisicamente,

pero cuan fuertemente,

hermosa madre,

lo has dado todo por mí y

por tus hijos.

En tus trabajos humanitarios

has dado miles de casas,

has dado respeto y dignidad

a cientos de pobres,

tu integridad y consecuencia

han sido ejemplares para mí,

ser como tú, me es de una gran felicidad,

contenta de esta identificación Freudienne

y por que no también Junguienne.

Eres la gran escritora espiritual,

tus poemas hacen vibrar las mariposas que

quizás estén en mi cielo azulado,

al ser escritora yo también,

me siento tan identificada

contigo madre mía

que prometo, hacer como tú y

ser la Mecenas de 100 niños

que recibirán educación, un porvenir.

Doy gracias a la vida por haber nacido tu hija,

madre amada te debo la vida dos veces, gracias.

Sylvia Fernández (Chile).