LA EQUIVOCACIÓN DEL CONEJO
(Traducción
de Ruth Pérez Aguirre)
El
conejo Blancolino,
con
gran asombro
ve
un día en el boscaje
una
mata llena de hojas
que
había crecido de momento
y
que parecía puesta a propósito
exactamente
ahí a la vista.
Deseoso
entonces
de
comer alguna hoja
de
un salto llegó hasta el lugar
de
la mata gruesa gruesa.
Rápido
rápido el conejito
mordió
en un solo instante
la
hoja más invitante
pero
ay tuvo que maniobrar tanto
para
tratar de arrancarla de la mata:
agarra,
agarra,
coge,
coge,
tira
y afloja
no
logró arrancar aquella hoja.
Intentó
después con otras hojas
con
los tréboles y los de cuatro hojas
y
sucedió una batahola,
se
enredó dentro de la mata
y
fue entonces que se da cuenta del embrollo,
de
la equivocación, de la confusión en la que estaba metido:
aquella
mata llena de hojas
estaba
hecha sólo de paja.
El
conejo Blancolino
cuando
salió de aquella maraña,
con
la paja sobre la cabeza,
sobre las pestañas y las
cejas,
se
parecía,
me
falta decirlo,
más
a un payaso
que
a un conejo.
Maria Rosaria Longobardi (Italia).
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