VIERNES 13
Viernes
trece, día de la gentileza,
decía
el diario en la mañana,
la
tarde corría cual tarde de verano
siendo
ya otoño en esta bella ciudad
El
juego llenaba el estadio,
la
pelota se arrancaba de los tantos
pies
que la golpeaban y dos ruidos
de
sable ensangrentados nos durmió
La
música rock era cantada,
entre
la juventud que se alegraba
de
estar en esa nube chillona
que
tanto aman y que les agrada
Afuera
en los cafés y restaurantes,
alrededor
de una cerveza, amigos
conversando
de miles de sujetos
o
tomando un café en medio de risas
París
vivía su día casi de fin de semana,
en
todo caso, se preparaba a ella,
sin
malos presentimientos, sólo era
París
bajo su torre iluminada
Pero
era viernes trece, aquel que para
los
supersticiosos es negativo, nefasto,
que
hay que tener cuidado y por una
vez
tuvieron acierto, el acero frío llovió
La
juventud es feliz en comunión,
esa
de sueños y amistades que son
profundas,
esas de amor sano,
o
esas del primer encuentro
Los
autos ya de luto fijaron
la
muerte en aquellos que sólo
se
divertían después del esfuerzo
de
la semana, estudiantes o trabajadores
De
rojo intenso el cielo se cubrió
bajo
las leyes del oscurantismo
feroz
de los ignorantes creyentes
de
un dios incierto y ciego
Vinieron
con collares de bombas
en
torno a sus cinturas sin sonrisa
alguna
como bestias amaestradas
sin
conciencia ni alma
El
luto en los corazones
y el
hechizo de un trece
que
ríe por los colmillos
dejando
cuerpos eyectados
El
país, el continente y el mundo
temblaron
ante el odio de estos
seres
de negro cubiertos, que armados
hicieron
explotar la paz reinante
La
guerra es siempre sucia, mala,
nula,
sobre todo cuando es llevada
por
retrógrados analfabetos de la vida,
de
la vida de la amistad en una ciudad
Paris, Noviembre - 2015
Víctor Escobar Arias
(Chile).
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