EL DÍA DE LA MEMORIA
(Traducción de Ruth Pérez
Aguirre)
Ninguna
certeza,
tutela
fallida,
dolor
infinito,
tortura,
y
después la muerte.
Fue esta la suerte
para tantos distintos
en los campos de
concentración y en los guetos
de todo privados,
golpeados,
insultados,
al final aniquilados.
Para aquellos pobres cuerpos
así martirizados
un escalofrío corre a lo
largo de la espalda,
y cada vena
lamenta un agudo dolor,
hay pena en el corazón
¡por el ultraje consumado!
Nunca más la humanidad será así perdida…
no fue para nada una farsa
vivo está el recuerdo de
aquella muerte
que fue un atroz exterminio
u homicidio en masa.
Maria Rosaria Longobardi (Italia).
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