martes, 31 de marzo de 2015

VÍCTOR ESCOBAR



53° 58'S 70° 35'0

Los ritos de sangre del hombre se repiten:
el orgullo, la ignorancia, la fuerza y la locura
brotan y se concentran en un lugar físico preciso
y cada cierto lapso de tiempo resurgen;

la tierra suspendida en medio
del azul infinito e inhóspito viento,
donde el sol en verano usa bufanda,
allí donde la muerte sembró cenizas;

las semillas de la violencia se buscan
y se encuentran, se unen y acuerdan
la sentencia de naturales y de hombres
que creen en un mejor futuro común;

la Historia nos dice del genocidio
de los Selknam a fines del siglo XIX
cuando el gobierno encubre los ganaderos
y da concesión del lugar a religiosos Italianos;

los Salesianos durante veinte años
inauguraron el olvido y el no derecho,
fueron los Selknam los primeros nativos
libres ofrecidos a la hoguera del tiempo;

nada quedó de ese tiempo de codicia
y muerte a sangre fría por malhechores
de tierras robadas y que el ganado enriquecía,
sólo las miles de cruces testimonian de este hecho;

el frío muerde y el viento no es amigo
sobre todo cuando ahí no se ha nacido,
un aire de injusticia se regocija y siente
en aquel extremo de la Patagonia;

la Historia no se detiene y algunos
tratan que se olvide y la escriben
a su gusto y mejor ventaja, por ello,
fueron enviados allí compañeros en '73;

allá abajo, al fondo y al lado
de la tierra firme duerme esperando:
los alambrados y cabañas hambrientas,
desoladas de gritos y llantos de inocentes;

se hallaron las fuerzas negativas
esas pinochetistas con las nazistas,
Walter Rauff coronel SS y sus camiones a gas
durante la Segunda Guerra Mundial, prófugo allá;

los hombres, hasta cuatrocientos, padeciendo
lo no dicho, no revelado ni señalado:
la muerte en silencio apoyada por sus esbirros
los militares de siempre, sus retoños queridos;

vivieron allí militantes y hombres de Estado,
campo de concentración más austral donde
se esconde la indecencia de haber nacido hombres,
allí donde cada momento era victoria por la vida;

se sobrevive por instinto, por mental, por fuerza,
por rabia, por convicción y a pesar de todas
las vejaciones psíquicas y corporales como los
fingidos fusilamientos, la parrilla y otros a pesar de todo;

les borraban el reconocimiento de personas sociales
pues los nombraban Sierra, Isla, Faro y un número
agregado, los anulaban como seres humanos,
¿quién iba a poder escaparse de una isla sin medios?;

los responsables militares del campo de prisioneros
llegando los designaron prisioneros de guerra,
en aquella Primavera muda tras tantos años
de paz social y respeto a las Instituciones;

Dawson, prisión marcada en la gran historia,
monstruo callado de aguas como en los
primeros días de la tierra,
ataúd esperando cumplir su designio;

lejos de todo y de todos los militares chilenos
hicieron la demostración del nivel de ferocidad
que el ignorante puede en sí tener contra la humanidad.
¡Justicia, sólo la justicia se pide, no impunidad!

París -  2015

Víctor Escobar (Chile).


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