miércoles, 30 de noviembre de 2016

VÍCTOR ESCOBAR ARIAS




AYLAN, CUATRO AÑOS (SIRIO)

Londres, Roma y París
terminaban el verano, casi,
y todos dorados con sueños
de arenas y bellos ocasos,
regresaban a sus departamentos,
casas y vida cotidiana
mientras no lejos en una playa
desierta Aylan se dormía y, su futuro
al igual que miles de emigrados,
que sólo buscaban paz,
seguridad y pan, que no lo verán
ni tocarán, se han dormido sin fin.

Londres, Roma y París
allí el otoño en lo alto
de sus edificios apuntaba,
sus habitantes indiferentes
se encerraban en sus alegrías
dejando al océano ocuparse
de las pobrezas de aquellos
de otras orillas, otros continentes.
Aylan no verá su nuevo sol
ni tendrá la oportunidad
porque en las grandes capitales
los corazones de latir han sucumbido.

Bruselas, Madrid y Berlín
las calles aún enfiestadas
con serpentinas engalanadas,
para atraer turistas y gente granada,
mientras que a sus pies morían
mujeres, niños y hombres de bien.
Aylan qué culpa tuvo de nacer pobre
y no haberlo hecho en una hermosa
y gran nación europea, qué culpa
le pregunto a usted, usted que como
yo lloró al reconocer este niño
que nos sacó del delirio.

Bruselas, Madrid y Berlín
elefantes entre los países avanzados,
civilizados, que cierran sus puertas
a la miseria que ellos han fomentado,
cuando no la han creado. Aylan
aquí están mis flacos brazos,
para darte el socorro y asilo
que las naciones no te ofrecieron
cuando aún era para ti tiempo.
Me quedaré contigo, si me permites,
ahí en la arena y el silencio en huelga
y duelo señalándolos con el dedo.

París - 2015

Víctor Escobar Arias (Chile). 


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