sábado, 27 de noviembre de 2010

LUZ GABRIELA RODRÍGUEZ MUÑOZ

REFLEJO

Estoy a diez pasos a la izquierda del inicio de un nuevo siglo.
Me reflejo...
Siglo XIX, siglo XX, siglo XXI y llegó el siglo XXII. Aquí el sexo cualquiera puede conseguirlo, pero quién se atreve a donar sus emociones?

Nadie lleva máscara porque se diluyen.
La mía parecía hecha de goma de mascar. La derritió el sofoco del campo magnético creado por la llamada “felicidad”.
Recuerdo que esto sucedió cuando creí descubrir que una curva era el camino más corto entre el punto A y el punto B. Fascinante dualidad del habla y del silencio; de la opacidad y de la transparencia; de la moda y del pudor.

Siento las mejillas embebidas. Esta vez sólo se ha formado un pequeño riachuelo que avanza para unirse a otros fluidos y formar parte de una caída que se divide por las comisuras, estallando en un millón de húmedas chispas que pierden en la nada.

Me reflejo...
Ya no importa el siglo. Vivo la segunda guerra fría. Esta vez el arma era mortal: “succionó mis cuencas”. Ahora desarrollaré el tacto.

Siglo XXIII: ¿Qué es una máscara? ¿Qué son los fluidos? ¿Qué es sexo? ¿Qué es un siglo?

Luz Gabriela Rodríguez Muñoz (Ecuador).

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