lunes, 27 de diciembre de 2010

EDMUNDO TORREJÓN JURADO

VILLANCICO ATERIDO


Verano de advenimientos.

Las lluvias que dibujaron
pesebres en los sauzales
han engendrado el Arco-Iris:
¡Oh, Niño-Dios de las mieses!

Diciembre de la justicia
Concédenos tibios panes:
¡Solsticio de los hogares!

¡Villancicos de esperanzas!...

¡Qué firme Fe!, la que canta:
en el cantarito sin leche,
en el amanecer sin  pañales.

¡Niño-Dios de los humildes!

Manecitas siderales
que entretejen sinos limpios:

¡Enciéndenos una estrella
 en la equidad de los hombres!

¡Conságranos los trigales,
manantiales de justicia!...

-Mañana es este presente-
(arroyito de ternura),
que aún te adora descalzo.

Edmundo Torrejón Jurado (Bolivia).

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