POEMA 16
ENTRO
EN TI, NAUFRAGO,
como
en un mar de furia.
Entro
en ti cabalgando
como
sobre un caballo desnudo,
palpitando
como un puño,
sin
nombre y sin armas.
Entro
en ti, puro, recién nacido,
con
los ojos cerrados en la oscuridad,
con
las manos clavadas
como
cuchillos nocturnos
en
la madera de tu pecho blanco.
Entro
en ti, deshecho ... para reunirme,
para
juntar los trozos de mi nombre,
encendido,
oscuro, intenso
…
sin palabras, sin soledad, sin tristezas.
Entro
en ti, vacío ... para llenarme,
para poblar en tus labios,
en
la ceremonia de tu sonrisa.
Entro
en ti, para caer en tu agua, lluvioso,
y
con el corazón lleno de flechas.
Entro
en ti, para subir
a la claridad de tus ojos;
para
vestirme de náufrago o marino
o
de capitán lleno de banderas,
en
la cúspide de tu frente parecida al océano.
Entro
en ti, para convertirme
en
mendigo de tus manos.
Entro
en ti, oceánico,
y
con el pecho lleno de olas y de algas.
Entro
en ti, desnudo
…
vestido sólo con mi nombre.
Iquique,
Enero de 1992
Antonio Gustavo Macera (Chile).
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