TE INVOCO
Te invoco como se invoca
el fuego en la alborada,
invocarte es un
anhelo, necesidad, quizá un misterio
torbellino
magistral del sueño dorado.
Entre tu sueño y mi
sueño la distancia de la muerte:
nuestra separación
definitiva:
No aceptaría
perderte, sería como
el augurio de los
lobos vestido de lejanías
Te invoco porque invocarte es postrarme, aceptar tu grandeza,
definir mis sueños
o quimeras al lado de los tuyos;
arroparme de
nostalgia o de humildad.
Traigo el corazón
lavado por el fuego,
por la pureza de tus
celos.
Depongo todas mis
armas:
la arrogancia, el
ser hombre, mi heredad, mi linaje;
¿A quién invoco?
A ti mujer
Te invoco madre selva, territorio desabitado,
holocausto de lunas
llenas,
de celestes
estrellas, de poesía, de amor, locura y deseo.
Te invoco, no
invocarte sería un pecado,
morir en el exilio
lejos de tus besos,
bajo el candelabro
del silencio;
panal del viento
sumergido y lleno de sentimientos.
Te invoco mujer, a ti constelación boreal del ensueño,
No invocarte sería:
faltar a la llama
eterna, morir bajo el auspicio de la tarde,
en el alero del
engaño y la mentira.
Como el viento y el
rocío eres imprescindible,
la soledad en ti
muere y agoniza,
porque tú mujer,
eres la vida.
Te invoco como se invoca la magia de la selva,
el suave murmullo
de la aurora,
la escarcha de
noche colgada de tu pecho...
La imagen de la
nada es espejismo
cuando tus labios
se abren y de tu boca surge un soneto,
un delicado
murmullo, el más cálido de los besos
¿A quién invoco?
A ti mujer
Gildardo
Gutierrez Isaza (Colombia).
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