sábado, 16 de noviembre de 2013

GILDARDO GUTIERREZ ISAZA



TE INVOCO

Te invoco como se invoca el fuego en la alborada,
invocarte es un anhelo, necesidad, quizá un misterio
torbellino magistral del sueño dorado.
Entre tu sueño y mi sueño la distancia de la muerte:
nuestra separación definitiva:
No aceptaría perderte, sería como
el augurio de los lobos vestido de lejanías

Te invoco porque invocarte es postrarme, aceptar tu grandeza,
definir mis sueños o quimeras al lado de los tuyos;
arroparme de nostalgia o de humildad.
Traigo el corazón lavado por el fuego,
por la pureza de tus celos.
Depongo todas mis armas:
la arrogancia, el ser hombre, mi heredad, mi linaje;
¿A quién invoco?
A ti mujer

Te invoco madre selva, territorio desabitado,
holocausto de lunas llenas,
de celestes estrellas, de poesía, de amor, locura y deseo.
Te invoco, no invocarte sería un pecado,
morir en el exilio lejos de tus besos,
bajo el candelabro del silencio;
panal del viento sumergido y lleno de sentimientos.

Te invoco mujer, a ti constelación boreal del ensueño,
No invocarte sería:
faltar a la llama eterna, morir bajo el auspicio de la tarde,
en el alero del engaño y la mentira.
Como el viento y el rocío eres imprescindible,
la soledad en ti muere y agoniza,
porque tú mujer, eres la vida.

Te invoco como se invoca la magia de la selva,
el suave murmullo de la aurora,
la escarcha de noche colgada de tu pecho...
La imagen de la nada es espejismo
cuando tus labios se abren y de tu boca surge un soneto,
un delicado murmullo, el más cálido de los besos
¿A quién invoco?
A ti mujer
 
Gildardo Gutierrez Isaza (Colombia).


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