lunes, 13 de enero de 2014

EDMUNDO TORREJÓN JURADO



VILLANCICO ATERIDO

Verano de advenimientos.

Las lluvias que dibujaron
pesebres en los sauzales
han engendrado el Arco-Iris:
¡Oh, Niño-Dios de las mieses!

Diciembre de la justicia
Concédenos tibios panes:
¡Solsticio de los hogares!

¡Villancicos de esperanzas!...

¡Qué firme Fe!, la que canta:
en el cantarito sin leche,
en el amanecer sin  pañales.

¡Niño-Dios de los humildes!

Manecitas siderales
que entretejen  sinos limpios:

¡Enciéndenos una estrella
 en la equidad de los hombres!

¡Conságranos los trigales,
manantiales de justicia!...

-Mañana es este presente-
(arroyito de ternura),
que aún  te  adora descalzo.

Xanadú de San Isidro, Verano `93

Edmundo Torrejón Jurado (Bolivia).


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