lunes, 13 de enero de 2014

GILDARDO GUTIERREZ ISAZA



CON MI ARMADURA DE ACERO

En honor al gran César Vallejo
 
El viento se hizo viento entre mis manos cuando busqué el caudal del conocimiento,
cuando descendiendo por las arterias de la noche naufragué en el cuerpo de una mujer
y bebiendo su ponzoña comprendí la ignominia de la vida, la vileza del hombre;
Almizcle de un sabor que aún perdura en mi piel.
Bohemio, soñador, errante como ola de cielo, como papiro de viento
me deslicé entre los arados del pecado, exhibiendo la lascivia de
un ser que acongojado luchaba por vivir, no por morir.
Con mi armadura de acero, con mi espada de guerrero, con un libro bajo el brazo
quise encumbrarme, subir al pedestal de la tragedia para enfrentarme a la muerte.
Una piedra y otra piedra acaecidas en las fronteras de un mundo distante,
lejos de mis seres queridos.
 
Haciendo eco en mi memoria me deslicé por las oscuras cloacas de las noches pestilentes,
París a mis pies, noctámbulo desasosiego del hambre
arrebatando impío la mansedumbre de mis sueños.
Un tropiezo y una caída y mis armas se elevaron como fulgores celestiales.
Siendo un pequeño dios, un estratega de la vida y la muerte
me enfrenté a los más bajos instintos; opositor y detractor,
esquemas que debía derrumbar cuando la sociedad pretendía subyugarme.
Libre de ataduras ascendí al Olimpo, descendí al averno, destroné reyes
y con mi pluma erigí las más cruenta osadía:
No sucumbiría a la muerte.
 
El agua se hizo cielo y la noche claudicó en mi piel...heraldos negros;
búsqueda incesante, Trilce mi propio lenguaje, laberintos de sangre proletaria.
Tungsteno habita mi ser; incoloro pasadizo secreto aparta de mí este cáliz.
No quiero beber tu sangre sino la mía, suicidio, suicidio grita mi ser altivo; dolor,
angustia existencial, anégame barca de sueños fatuos
Más allá de la vida y la muerte, mi propio triunfo.
Alegoría de un pasado tortuoso que se remonta en las esferas del tiempo y la soledad,
de mi propia desdicha buscando incesantemente el maremoto de mi liturgia.
Lejos de mi tierra, Europa abre sus puertas y mi pluma como una daga de fuego irrumpe
derribando fronteras y paradigmas.
Soy yo Cesar Vallejo “el inmortal”.

Gildardo Gutierrez Isaza (Colombia).


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