viernes, 30 de abril de 2010

ANGEL GALZERANO GUIDA

ANGELINA (emigrante italiana)

Quisiera saber cuáles fueron tus pensamientos cuando el barco partía hacia aquel pequeño país al otro lado del mar. No habías viajado nunca y nunca te habías separado de tus padres. América decían, y quizás imaginabas un lugar sin pobreza ni miseria donde poder recomenzar.
Quien sabe cuántos llantos escondidos a la llegada a aquel lugar donde no comprendían tus palabras, donde América ya se había ofrecido a otros.
Las valijas de cartón nunca fueron guardadas, quizás para poder regresar. Campora quedaba muy lejos y tú, con todas tus fuerzas trataste de crecer cuatro hijos dividiéndote entre ellos, tu trabajo y un marido que ya no conocías. Conocías sí tu trabajo de lavandera que ocupaba tu tiempo día tras día. Aún cuando la fiebre abrazaba tu cuerpo y tus piernas pesaban más que el dolor, aún a pocos días de tu último parir.
Las fotos en blanco y negro devuelven tu imagen con el aire triste de quien se resignó a un destino no deseado y hoy es todo lo que tenemos de ti.
Quien sabe alguien alguna vez te preguntó si te dolía la distancia, si te gustaba más lo dulce o lo salado, los lunes o los sábados, si te gustaba bailar...? Los que te conocieron dicen de ti que eras buena, muy trabajadora, que sabías amar y perdonar.
Hoy me confundo caminando en los lugares donde tú fuiste niña, en los campos donde sembraste tu sudor; y también cuando veo aquel árbol que alguna vez te donó su sombra.
Tenías sólo treinta y tres años cuando te fuiste, dejando en tus hijos el vacío del amor negado. El haber tenido sólo diez meses de vida no ayudó a guardar algún recuerdo tuyo más yo sé que en algún lugar de mi memoria debe haber quedado un beso tuyo, una caricia, una canción de cuna que te hacía llorar porque al cantarla recordabas los días de juegos, lejos de la soledad.
Y de nada sirvió rezar una madonna, demasiado lejos también ella. Yo tantas veces hubiera querido encontrarte en un sueño para abrazarte, decirte dulces palabras de amor y cantarte una canción para hacerte descansar.
Mas esto nunca sucedió. Esta noche te has alejado de una foto y te has sentado cerca de mí. Y yo te he escrito una canción.

Sueño de una Ausencia

Solas están, las calles de ayer
en los jardines, de tu ilusión.
Hay un silencio que duele en la voz,
hay un silencio en mi guitarra,
que es un canto en tono menor.

Tú llegarás en un abrazo
sin un final
Destilarás el sentimiento
que esta noche,
se hizo canción.

Canción en tu voz,
canción en mi voz.

Angel Galzerano Guida (Uruguay)

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