CINCO FUERON LOS MUERTOS
En Cabildo
cinco fueron los muertos
muchos niños se quedaron sin padres,
como un holocausto.
Allí, en la herida de los cerros de mi pueblo.
A los cinco el fascismo los mató,
ellos nada habían pedido,
sólo que fueron sinceros consigo mismos.
Pero esa riqueza del alma
se las robaron a balazos.
No olvidaremos
el silencio después de las descargas.
La metralla asesina
agujereó los cuerpos a mansalva,
inocentes masacrados
por el ejército del Diablo Verde.
Lancemos la bestia horrible
a los agujeros del infierno.
Tanto inocente caido.
A ellos, nuestro homenaje
que es de no olvidar.
¡y jamás olvidaremos!
Aún no es tarde
No es tan tarde
para detener a los asesinos.
Porque más tarde... será demasiado tarde.
Ya perdimos a los indígenas,
millares más han caido
en este mundo fulminado por las armas
de un mandamás furioso
que mata y roba nuestros niños.
Aún no es tan tarde
para detener ese pulpo infernal.
Más tarde, será demasiado tarde:
él se habrá comido las conciencias
y sus miles de tentáculos
tomarán nuestros lugares,
decidirán por nuestras almas
serán dueños de nuestras vidas
inocentes y victimadas.
A veces la libertad de conciencia
puede ser... muy inconsciente.
Más tarde, será muy tarde.
Pedro Piñones Díaz (Chile).
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