martes, 10 de enero de 2012

PEDRO PIÑONES DÍAZ

HOMENAJE A MATÍAS CATRILEO QUEZADA

(nuevo mártir de Arauco)

Matías, tenía 20 años,
el viento del sur acariciaba su cara allí en los campos de Vilcun.
Catrileo Quezada lo llamaban,
estudiante Mapuche, murió luchando
con la misma fuerza de hace 500 años.

El Estado de Chile, de nuevo asesina:
Santa María de Iquique, Pampa Irigoyen Puerto Montt
02 de abril, la dictadura y sus crímenes horrendos.

Hoy hablaré por mis hermanos y bajaré a las profundidades
de las raíces del sur.
Allí entre el viento y el agua,
entre lava volcánica y sueños,
nacieron, viven y mueren asesinados defendiendo sus tierras.

Allí cayó, como Alex Lemun, ayer, Matías Catrileo hoy.
Allí vivían sus sueños
lejos del cielo,
cerca del mar y de su tierra, mirando las estrellas, el sol,
los asesinados caen y dejan un mensaje heroico y sus ejemplos
en la sabana verde del sur.

Siglos de combate con el mar,
la montaña, el tiempo
y el sol libertario que no viene.
Sólo el Canelo
y los hombres libres del sur.

Eran las 06,40 horas,
Matías, estudiante de la U. de Temuco,
recorría sus tierras, que les pertenecen a ellos,
porque ellos han estado ahí de siempre (que ésto se entienda bien).
Acribillado por la espalda
como siempre el Estado de Chile y sus fuerzas invasoras
atacan a los pobres, a los que luchan,
mientras tanto: las milicias armadas del Estado terrorista
protegen al latifundista Luchsinger
y asesinan a los verdaderos dueños de la tierra.

Y en el sur, piensan los poderosos,
que todo caerá al silencio,
pero no,
esta lucha lleva más de cinco siglos,
aunque la sangre divida la tierra
el largo combate continúa
entre los esteros y robles,
entre la nieve y la lluvia,
nuevos combatientes nacen.

Castigar al Estado terrorista y sus fuerzas de ocupación.
La respuesta es una sola: LUCHAR
Aún es tiempo de reivindicar nuestra raza,
a esta raza de las estepas frías del sur,
LOS MAPUCHES.
El derecho a sus tierras es tarea de hoy,
Hoy se llama, no mañana: ¡HOY!

Ahora estoy mirando la historia,
aquí, sí aquí, no hay alegría, hay pena;
el cuerpo de Matías lo recibe el viento austral
y su talento lo recoge la lluvia del sur.
Allí en el nacimiento de la tierra de sus sueños.

Esta tierra Mapuche nos ha dado
la vida, los alimentos, la fuerza
y finalmente el acto del amor que siembre gente;
allí acribillaron a Matías por la espalda,
la “valerosa” guardia del sistema y de la Concertación:
hay muchas cuentas que saldar con el enemigo
y ese arreglo llegará cuando nos unamos todos,
ese será el saludo permanente a Matías, a sus 20 años...

Pedro Piñones Díaz (Chile).



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