sábado, 16 de enero de 2010

JUAN JOSÉ BRAVO

SOLO UN CUENTO

La mañana hacía sentir la baja temperatura ambiente sobre las personas que se dirigían a su trabajo, mientras el viento, ensortijaba sus cabellos y trataba de arrebatarles sus bufandas. Desde el interior del taxi, estacionado en la parada de Belgrano y Rivadavia, se oía el sonido de la radio desde donde el locutor anunciaba:
─ "... el gobierno anuncia una mejora en el sistema económico y un aumento en la recaudación del pago de los impuestos. La temperatura de la hora siete: dos grados bajo cero, viento del sudoeste a 80 kilómetros en la hora, sensación térmica por el viento reinante ocho grados bajo cero y ahora pasemos a la música; escucharemos el tango Cambalache... por el varón del tango".
El vaquero gastado por el uso, un suéter raído que dejaba adivinar el color de la piel bajo la prenda de lana casi transparente y un par de zapatillas con más kilómetros que el globo de Julio Verne, servían de abrigo a una niña de apenas 10 años que caminaba por la calle San Martín.
Sus manos se arrinconaban en los bolsillos de sus pantalones, como queriéndose contagiar del calor de esa piel niña a la cual castigaba el gélido Eolo.
Parecía que se libraba una lucha interior entre su destino y el camino que trazaban sus pequeños pies, deteniéndose de vez en cuando como un despreocupado turista frente a la vidriera de algún comercio, mientras distraídamente sacaba sus manos de los bolsillos y buscaba la ayuda del aliento de su boca, para darles calor.
De tanto en tanto se cruzaba con algún trasnochado o quizás madrugado transeúnte y su argentina voz de niña rompía el silencio con un:
─ Por favor... Señor ¿no le sobra una moneda?... Es para comprar algo de pan para mis hermanitos.
Algunos la miraban como si nunca hubiesen visto un niño pedir en este país, otros la esquivaban como si fuese portador de lepra o alguna terrible enfermedad contagiosa, alguno con aire de fastidio metía la mano al bolsillo y separaba las monedas más pequeñas que volcaba en esa mano azul de frío.
Como cada mañana la gente iba y venía con destinos distintos, el taxi estaba parado en la esquina de siempre; Belgrano y Rivadavia, casi frente a la Catedral, ese gran templo de la compasión humana, desde la radio el locutor anunciaba:
─ "... mejoran las finanzas públicas en la Municipalidad de nuestra ciudad; La Cámara de Senadores voto por unanimidad un aumento en el gasto de las dietas de los Legisladores; La temperatura de la hora siete: dos grados bajo cero; viento del sudoeste a 75 kilómetros en la hora; sensación térmica a causa del viento reinante, ocho grados bajo cero y ahora pasemos a las noticias locales:
“... las autoridades policiales informaron, que en horas de la madrugada, frente a un importante comercio de la calle San Martín, fue hallado el cuerpo de una menor muerta a causa del frío reinante"

Juan José Bravo (Argentina).

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