XXIII (*)
La historia tiene dos puntas...
En la época colonial la Quintrala asesinó, torturó, hizo desaparecer personas y aprovechando su poder económico jamás fue castigada.
En nuestros tiempos actuales el dictador se murió en una cama sin jamás haber sido condenado, teniendo más de 200 querellas, sus colaboradores hicieron todo para que se salvara de la justicia, aprovecharon toda la riqueza acumulada después del asalto al gobierno legal de Allende.
Esta historia tiene dos puntas y en diferentes épocas de tiranas y tiranos…
Cuando yo comencé a transitar por este largo camino de investigación y de búsqueda de la parte de la historia que no se enseña en los textos escolares, de inmediato yo presentí, que esta escritura no sería con la fluidez deseada, porque me fui encontrando con hechos brutales, terribles, del drama que fue dejando esa ansia de hacer mal a otros simplemente por sentirse poderoso y a sabienda que toda esa maldad quedaría impune, los sufrimientos que he ido relatando, la miseria y la desesperanza de las víctimas, me indicaron claramente que debía seguir buscando y recorrí largas galerías de libros, de apuntes, de navegar en la web, buscando, anotando, comparando…
Y fui estirando el lápiz para ir armando un texto que me acercara con lo que andaba buscando, cuando empecé este libro, no sabía como iba finalizar esta parte de la historia y se me fue conformando alrededor de nuestro personaje central, otras historias que parecen similares y en otras épocas, y me puse a escribir comparando hechos con la realidad de los tiempos en que ese hecho pasó, la búsqueda de antecedentes, me ha entregado una experiencia importante porque me di cuenta que nos han ocultado muchas cuestiones que todo el mundo debería saberlo.
Yo aquí también expreso mi rabia, por la forma como se enseña la historia oficial, sin ir a la profundidad de esa historia, de sólo contar una pequeña parte de la verdad, algunas líneas parecen y estaba interesado en escribir así, que parecieran romanescas y creíbles, porque no siempre señalo aquí cosas como para sentirse orgulloso y nada de heroicas esas acciones criminales, la crueldad de la Quintrala, de matar por el placer de matar.
Me encontré con documentos y noticias de los procesos a la Quintrala que siempre ella se sentía protegida por su dinero, y pagaba para detener todas las denuncias, a ir dándole un paso lento a esos procesos en el tiempo, ella corrompía a jueces y fiscales del reino.
Por otra parte debo también decir que la vida de esta mujer a algunos los fascina, porque era amorosa de la carne y cuando ella sentía el más pequeño peligro, simplemente asesinaba a sus amantes, matar para ella era como orgasmo, y cosa curiosa nunca mató a su marido a quien ella le colgaba los cuernos en forma magistral, porque además, él era un cómplice de las “hazañas” de su mujer.
En diferentes conversaciones a propósito de la Quintrala he ido juntando pedazos y recortes de historia de esta vida increíble, de crímenes y de amores que conducían a la muerte, ella se sabía que pertenecía a la familia más rica de la colonia, por eso que su periclo de asesinatos y torturas quedó impune, en los tiempos actuales esta triste realidad no ha cambiado.
Y efectivamente yo me di cuenta que no había que inventar al personaje central, porque algo de su historia se sabía, los hechos que he ido encontrando en esta larga búsqueda en diferentes elementos geográficos, que me permito alejarme de una decoración, porque la historia de esta mujer no tiene nada de hermosura y de su orgullo desmesurado, que le provocaba desequilibrios malsanos, y sus conocimientos de brujería y se convertía en la negación del amor.
(*) Capítulo del Libro: “La Quintrala: Tiranas y Tiranos en la Historia de Chile”
Pedro Piñones Diaz (Chile).
viernes, 21 de mayo de 2010
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