AUTOBIOGRAFÍA DE UN ENTE
Autor: A escupirlo todo.
“Estoy cansado de vivir
en tu locura mujer
pero hay veces que
no lo puedo
evitar”
Autor: El Pájaro Loco
Ya estaba, sí, entrando en otra fase, todos podían darse cuenta que su cambio era lento, pero irreversible, cada mes se detectaba la metamorfosis que se estaba produciendo en su cuerpo, muchos decían:
-Es leve, no pasa nada.
Todo había empezado con una pequeña siesta de diez minutos después del almuerzo, siesta que se extendió a los quince minutos transcurrido el mes, fue imperceptible para sus hijos dado que el avance era gradual, pero la siesta empezó a ocupar en la vida de su madre un lugar muy importante al punto del abandono por todos y todas las cosas que la rodeaban. Las sábanas parecían tener un poder de seducción en ella que rozaban lo sublime, la sola palabra: “siesta” Ana le encontraba una musicalidad poética, arrulladora y relajante. Como si el mundo se detuviera en esa habitación sin ventana, donde la luz nunca entra, en esa cama tendida entre penumbras y silencio donde Ana duerme, sueña y ronca, todo su mundo es esa cama, esa sala despojada de vida, cubierta de polvo y ácaros que le hacen compañía.
Ana vivía en un mundo soñoliento, de constantes bostezos y lagañas que cubrían sus ojos, el poco tiempo que estaba despierta hablaba de los diferentes tipos de almohadas, (perdón que reitere, pero de dos palabras había un bostezo de por medio) sabía distinguir entre las exclusivas para uso cervical, las de pluma de ganso y las de goma pluma o simplemente de esponja. Lo mismo los colchones, sabía todos los estilos y precios; ella se catalogaba a sí misma como una persona “de buen dormir”, no se acostaba jamás en un simple colchón, siempre utilizaba un somier o colchón de agua, al punto que ya no salía de viaje ni con el marido.
Mario se sentía avergonzado porque cuando iban a un hotel, ella subía a toda velocidad dando grandes zancadas, incluso él se quedaba asombrado porque no entendía de donde sacaba la energía, el resto del tiempo se la pasaba arrastrando los pies. Al entrar a la habitación lo primero que hacía era mirar por unos instantes el colchón, luego de un exhaustivo y minucioso control dictaminaba si la convencía o no, si sucedía lo contrario se exasperaba de tal forma que llegaba a insultar al encargado, incluso un día fue tanto el descontrol de Anita que le pegó al botones, producto de eso su marido tuvo que pagarle una coima al empleado para que no efectuara la denuncia por maltratos y abusos.
Los vecinos le consultaban por dolores ocasionados a causa del mal dormir, ella les aconsejaba, con sólo mirarlos bastaba, les decía donde estaban sus problemas, almohada gastada, resortes vencidos, etc. Pero la forma que tenía de mencionar rozaba la beatitud de una de mujer sacrosanta(1).
Lo peor sucedió cuando su marido estuvo por perder la casa por culpa del abogado, éste tenía un poder y contrajo una deuda, el abogado era de la familia, colmo de males nunca contrates parientes. Anita acompañaba a Mario al banco, a tribunales, pero nunca supo si era la realidad o un sueño, dado que se dormía en todas la reuniones. Mario parecía odiarla por momentos y en otros lo hundía la lástima y la culpa. En los lugares que frecuentaban, incluso salidas con amigos, ella se caía de sueño, una noche estaban cenando con un escribano y Anita se durmió en su hombro, el escribano acariciaba su cabello y le decía a Mario:
“Déjela, está muy cansada”
Mario desencajado le respondía:
“Siempre está cansada”(2)
El abogado fue a su casa, todo empezó con una “tranquila” charla, tratando de llegar a un acuerdo entre dos adultos como corresponde; Mario siempre decía: “Las cosas se arreglan con la política y la diplomacia”, pero el acuerdo no llegaba, la plata para pagar la deuda menos, y Mario iba perdiendo la paciencia, en fin Brat, terminaron a las trompadas. Gabriel primero trataba de defenderse, pero cuando recibió el primer golpe, se abalanzó contra Mario, el abogado era bastante gordo y lo tenía acorralado, pero Mario era escurridizo, ágil y pudo bajarle dos dientes.
Una semana después Anita preguntaba casi desconcertada:
¿Y Gabrielito donde está?
Lo que ella no recordaba era la pelea, y esto tenía una causa, como todas las cosas en la vida tienen una causa aunque a veces uno no la encuentre, bueno sigamos, después de servir el café se desplomó en el piso de la cocina al lado de la cucha de la perra y se mantuvo ahí durante tres horas roncando, como Anita era de roncar fuerte, los vecinos no pudieron sentir los gritos e insultos, incluso el abogado emitía alaridos. Mario tenía sus años pero se entrenaba duro en el gimnasio, todo tiene sus frutos, sólo es cuestión de saber esperar y Mario pudo comprobar que los años de esmero y disciplina en los trabajos de pesa habían dado resultado, la casa iba a remate eso era inevitable, pero los dientes de Gabriel se los había volado, esto corroboraba la hipótesis de Raúl, el sedentario pierde.
Anita permanecía dormida ya hacía dos días, pero Mario, o Marito como ella lo llamaba, le preparaba la comida, lo que más le asombraba a él era que dormida olfateaba los olores que venían de la cocina, y la distancia con la habitación era amplia.
Apenas se acercaba a la cama ella le sacaba la comida de un tarascón y seguía durmiendo; el problema era las necesidades, me refiero al pis y la caca, pero Mario(3) era un hombre que sabía ingeniárselas y le puso una bolsita con una manguera que retiraba cuidadosamente todas las mañanas, para reemplazarla por otra. Ella extendía las manos como si quisiera decir algo y él le decía con bronca reprimida:
“Habla, mierda, habla”.
Ella sólo decía:
“Estoy cansada”.
El remate de la casa se efectuó, fue una situación penosa para Mario, a ella la retiraron dos hombres con la cama, dado que Anita permanecía durmiendo, él se fue a vivir a la casa de su hermana, y ella ya no despertó.
(1) Se dice que Anita era asidua lectora de la Summa Teológica de Tomás de Aquino, y fanática de Aristóteles.
(2) Mario era un apasionado del cine experimental, y compulsivo lector de la revista “El Amante”
(3) Mario había aprendido mediante el programa del canal “Animal Plantet”, “El Encantador de perros”, algunas técnicas para tratar a su mujer, aún hoy se pregunta por qué duerme tanto.
FIN
Bibliografía: Para no consultar
Autora: Doctora benemérito Elisia Calaberti: “El estudiante sumiso”, “El alumno repetitivo” y los “Beneficios de permanecer Callado” Editorial. La Calancha. Fecha de publicación 1809.
Autora: Mónica Buenoli: “La capacidad de ser chupaculos de la titular”. Editorial: La Toronja de Berbena. Fecha de publicación 1815. Más de doscientos años al frente de la cátedra.
Ezequiel Cámara (Argentina).
domingo, 22 de agosto de 2010
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Exelente cuento de una calidès extraordinaria.
ResponderEliminar¡Muy divertido! Un beso enorme amor mío. Te amo