LA MINA DEL PIOJO Y EL CABALLO DE PIEDRA
Es una vieja historia que se pierde en el tiempo, viene de las épocas, de mucho antes de la terrible y temida Quintrala, que fue ama de todo ser viviente, entre el mar de Papudo y todas las hondonadas de la cordillera, más allá de Alicahue.
La magia negra practicaba, las torturas, las orgías, penetraron en todas las regiones y las historias que encontramos en el hoy Cabildo, son muchas y una de ellas es la mina del Piojo.
Por allá por el año mil y tantos Cabildo era un pequeño poblado, no más de diez chozas de totoras y chilcas, algunas rucas construidas con el cuero del ganado, algunos indios pirquineros trabajaban las ricas vetas de cobre y oro, barrenaban a mano y una vez echo el hoyo, metían a su interior pedazos de madera verde y durante días le echaban agua, para que la madera presionara, se hinchara y rompiera la roca, esa era la actual dinamita de nuestra inteligente gente de antaño, luego fundían esos minerales en hornos con cardos, yaretas y tebos, abundantes en toda la región.
Entonces en los inviernos, las noches caían más oscuras que nunca, el viento silbaba su canción de agonía, y las historias se contaban entre dientes...
El río bajada en forma inusitada, cubría todo el plan, las chozas estaban construidas en la parte alta por allí donde hoy se encuentra la población El Cristo, en el verano el plan era sembrado, donde hoy se encuentra la plaza y los comercios, se araba la tierra a mano, habían muchos frutales, los pejerreyes eran abundantes en el río, que se calmaba en los veranos.
El caballo de piedra, entonces quedaba lejos, y nadie se atrevía acercarse por sus tenebrosos contornos, allí todo era niebla, y las historias negras que se contaban, estremecían aun a los más valientes, todo el mundo se alejaba, cuando pasaba por allí, había que evitar ese lugar maligno, ni los animales subían a ese lugar.
Subiendo al caballo de piedra, (cayo de piedra) a unos 100 metros del río y escalando para el lado izquierdo se encuentra la mina del piojo, no todos la encuentran, aunque muchos, hoy día, la buscan, a veces en las noches se ve a lo lejos que personas la van siguiendo el caminar de velas benditas, para sacar de allí las riquezas...
En los días nublados y lluvia, se hace más difícil escalar hasta allí, y para los más osados, se abre como por arte de magia la montaña, y queda a la vista un socavón, algunos han logrado penetrar, acompañados de chonchones a petróleo o lámparas de minero, apenas se entra a ese socavón las personas son atacadas por una plaga de millones de piojos, que no hacen daño, pero producen un espanto de padre y señor mío, esos valientes se sacuden el cuerpo y los piojos caen por toneladas, pero de nuevo son cubierto con una capa de piojos por todo el cuerpo, y los visitantes, asustados salen corriendo despavoridos, como cuando en la rapidez de fuga el diablo perdió el poncho, y salen rápido que corriendo y rodan montañas abajo hasta el río, y de allí desaparecen y juran jamás volver a ese lugar.
Dicen que los piojos que suben al cuerpo, hay que quemarlos al interior de ese socavón y las cenizas se convierten en oro, fino, que ha hecho ricos a algunos cabildanos, que no se atreven a contar la historia. Cerca de este lugar algunas manos piadosas instalaron y le dieron sitio a una estatua religiosa, que es visitada por los enamorados, que van siempre antes de casarse, siempre tiene velas prendidas en señal de agradecimiento. ¿Por qué siempre se busca algo de lo alto? El hombre ha mirado y todas las culturas hacia el espacio... los cielos...
Además otros cuentan que ese socavón, es una de las puertas de entradas de los brujos que van a sus aquelarres a la cueva Salamanca, que pasaría por debajo de Pedegua, Petorca, Chincolco, Cantarito, para llegar sub terra a la cordillera de Chalinga allá cerca de Salamanca, en ese inmenso túnel se pierden todas las leyes físicas conocidas, allí hay una especie de suspensión del tiempo, donde las leyes gravitacionales, aún no son conocidas por los humanos, eso dicen... y yo les creo... Se dice que allí las leyes normales pierden toda significación, lo normal deviene anormal, así son las cosas en estas tierras, donde pasan cosas paranormales, y que el acostumbramiento de la gente del campo, ya no le llama la atención, pero es así, ocurre, al otro día se habla del paso del ruido feroz de la noche, o del viaje aéreo de los chonchones y de los brujos a sus bacanales, hay hechos inexplicables que siguen pasando, y casi nadie habla, es que será por miedo...
Situaciones que nos deja a veces perplejos y no reaccionamos frente a esas cuestiones, que son más que misteriosas, acaso usted amigo y amiga, no han escuchado todas las historias que se cuentan de las minas de nuestra región, y que parecen inexplicables, sin embargo los pirquineros siguen laborando e ignorando esos ruidos y figuras fantasmales, cuestiones aún sin respuestas para los investigadores, porque simplemente hoy día no tenemos respuestas, pero sin embargo, eso pasa, eso se escucha...
Esos hechos que pasan en el caballo de piedra o en las minas, no son secretos, sin embargo no se habla mucho, pero se sabe, son aventuras extraordinarias que nacen de allí de la profundidad de la tierra, o bien del espacio cósmico detenido en ese lugar, aun con los conocimientos actuales, esto seguirá siendo un enigma y hechos inexplicables para la ciencia o el común de la gente, es como si se viviera al margen del mundo o quizás en contacto con otras cosas, y llamo "cosas" porque no hay una relación fílmica conocida, yo hablo de relatos que vienen recorriendo los tiempos de estas tierras, vienen caminando desde la oscuridad de los tiempos, son centenares de generaciones que han sabido de lo mismo.
Resumo todo esto para sentir y decir que cuando entramos a un nuevo milenio aún estamos cercados por lo invisible y todo lo misterioso, porque allí el tiempo y sus medidas no cuentan, aunque para algunos el mundo es simple, hay que decir que hay más "cosas" y que no estamos solos en este universo, hay acontecimientos que siguen pasando aún, y eso viene del alba del mundo, hasta cuando, eso no lo veremos nosotros, de eso estoy seguro, quizás un día, se produzca ese "encuentro" con ese mundo, si es que se le puede llamar así. Algunos mortales que han sido invitados allí, a las fiestas o aquelarres de la cueva de Salamanca, entran por este socavón y allí la cosa es grandiosa, son fiestas de lujo, bien regadas, con los mejores vinos y comidas, el diablo ocupa un lugar especial, donde se sienta en su trono y todos le besan las patas de cabras peludas, allí todo es de oro, y como siempre hay uno, este uno quiso hacerse el vivo o ser más vivos que los brujos, se lleno los bolsillos con objetos de oro y plata, entonces se dijo, ahora soy rico, pero al otro día se despierta a los pies del caballo de piedra con bostas de caballo y caca en sus bolsillos, el oro ya no estaba...
Y esta es amigos la historia de la mina del Piojo, si alguien le cuenta otra, esa no es cierta, porque yo sé lo que le estoy contando, los piojos no tenían olor, eran negros y cuando usted camine por allí, si ve un socavón o alguien lo llama, persígnese o mire para otro lado, hágase el sordo y vuélvase para Cabildo, allí la vida es mejor...
Pedro Piñones Díaz (Chile).
domingo, 22 de agosto de 2010
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