RESPUESTA...
Hoy he abierto el diario,
como siempre un golpe
de informaciones unas
más espectaculares que
las otras acaparan una.
Un emérito conocedor
de los pueblos nativos
descalifica a sus abuelos,
trata mal a sus antepasados,
olvida de dónde vino.
Me dolió ver un erudito
transmitir lo que dueños
y señores de este
país
piden a gritos y a
sangre.
Menoscabar un pueblo,
las raíces mismas de sus hijos,
su pasado, injusto
lo que dice este ilustre, escupir
en la memoria de lo nuestro.
Respeto su corta vista,
su pequeña visión y poca
lealtad a la tierra
que lo vio nacer, no
así su ignorancia.
Todos los pueblos no dejaron
pirámides ni esculturas o pinturas,
pero no comprender la historia
y el rol de los conquistadores
para entender lo que pasa ahora
me deja ante las disyuntivas
de tratarlo de poco sabio,
muy loco o de tener odio
a los nativos de este suelo
llamado Chile antes Walmapu.
Su saber se quedó fijo,
mide los hechos con un falso
metro, no se ha puesto al día,
la Historia no es una foto,
es un recuento de los triunfadores.
Miles, miles fueron
los pueblos
nativos en esta hoy
América,
primero grupos, hordas, aldeas
y así sucesivamente hasta pueblos
y hoy en día
naciones.
Su intolerancia a reflexionar
el por qué, el cómo algunos
llegaron a estar en las condiciones
que tanto lo mancillan me dicen
de su no profesionalismo e incompetencia.
Todos los títulos
que posee de nada
le sirven al momento de salirse
de su rol de investigador, de hombre
de ciencia, y derramar epítetos
por intereses precisos
acuñados.
Los primeros
hombres y mujeres
que pisaron estos
rincones
son sobrevivientes
que
traían sus manos
para florecer,
forjarse un techo y
sobrevivir.
No fueron ellos que
trajeron
un hombre muerto en una cruz,
no fueron ellos quienes ávidos
de oro asesinaron más de cien
millones de nativos
en América.
Entonces, señor, profesor emérito,
Sergio Villalobos,
desde mi incorregible rebeldía
por la verdad histórica le pediría
rectificar o callar.
Víctor Escobar (Chile).
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