EL VARÓN CAÍDO
Voy ha hablar de alguien muy cercano a mí, dolorosamente cercano.
El se casó con una joven alocada, que le dio una hija y un sinfín de problemas.
Trabajaba lo indecible, pero nada avanzaba.
Quería a su hija con locura, tanto como a su mujer, que no paraba de torturarle.
Fue llorando a casa de mi madre, donde yo vivía por aquel entonces.
Nosotros no pudimos hacer nada por él.
Sus días acabaron en el fondo del río Tiétar a tres metros de profundidad.
El forense dijo que sus pulmones estaban secos, por lo que no murió ahogado.
También dijo que su corazón estaba muy deteriorado, un colapso, fue su diagnóstico.
La niña tenía dos años y medio, cuando el corazón de su padre no pudo más.
Esta no es una historia con final triste. Mis padres cuidaron de la niña.
El año que viene yo seré el padrino de su boda.
Benigno Lorenzo Méndez (España)
domingo, 28 de marzo de 2010
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