IN MEMORIAM
A Mario Palestro R.
Era puro pueblo, puro Chile,
era puro corazón,
era figura pequeña y rechoncha,
era figura grande en ideales.
Era puro vino y asado,
era bigotes, risotada y garabato,
era consecuencia y lealtad,
era puño en alto y puño al frente.
Luchador de causas justas y perdidas
luchador infatigable.
Socialista de buena cepa
de esos que ya no existen
de los que no se renuevan.
Regidor, Alcalde, Diputado,
donde estuviera se las jugaba
por su pueblo y sus ideales
en su trinchera de amor.
Sus ojos brillaban de dulzura
con los niños y los humildes,
sus ojos se endurecían
al mirar de frente y sin bajar la vista
a los enemigos del pueblo,
asesinos, cobardes y traidores
que lo obligaron al exilio
terriblemente cruel.
La ausencia obligada,
la esperanza sin límites del retorno.
Largos años de espera para volver por fin
a su querido Chile,
a su República Independiente de San Miguel,
a su pueblo, a sus compañeros,
tan cambiados ahora, que decepción.
Se fue apagando lentamente
como agitada fue su existencia.
Nos dejó para quedarse.
Esta vez nadie lo obligará
a dejar su tierra
pues para siempre se quedó en ella.
Marcela Rodríguez V. y Julio Araya T. (Chile)
domingo, 28 de marzo de 2010
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