sábado, 14 de noviembre de 2009

GABRIELA SALAZAR SHERMAN

UN TANGO

A Carlos Sherman, famoso poeta y, accesoriamente, mi abuelo

Conocerte fue como escuchar un tango
un ir y venir de piernas, de ideas, de sentimientos
sensual, complejo, elegante aunque a veces aburrido
el tango siempre me inspira un gran respeto
integridad es la palabra que mejor te define.

De poca gente podría hablar como hablaría de ti
fuiste inspirador, iluminador, presente y transparente
el libro abierto que me enseñó tanto
pero que todavía no logro descifrar totalmente
fuiste la imperfección que transforma una obra en algo especial.

Al hablar contigo, me venía el acento porteño
molesto a veces, pero que me dejaba un sabor a delicia
en la boca se me mezclaban los recuerdos y los olores
a un Buenos Aires desencantado que recorrí más de una vez
pensando en ti, en Bioy Casares y algún otro, por Caminito.

Suerte de indio perdido en un Macondo inexistente
un Barón de Munschausen buscando su imaginación
en algún rincón de la mente, por ahí te paseabas siempre
te hubiera gustado ser la voz del indígena herido
fuiste la voz del poeta perdido, en un Montevideo de antaño.

Tu vida fue movimiento, ni buena ni mala, sólo vida
fuiste la adoración de tu hija, la curiosidad de tus nietos
un baile raro que nos encantó danzar unos años
un tango lleno de vida y desesperado por vivir más y más
mi presente con estos versos, y algún trago que me tomaré en tu nombre.

GABRIELA SALAZAR SHERMAN
(Suiza, 1979). Reside en España.

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